sábado, 13 de octubre de 2012

2. Las cuestas son cuestas porque cuestan!!

Tras nuestros merecidos dias de descanso en Capadocia, toca volver a la carretera con la incertidumbre de saber que nos vamos a encontrar. De momento el paisaje es similar, campos y campos de cereal...



  y de vez en cuando campamentos de jornaleros.


Las etapas se hacen duras por la cantidad de subidas y bajadas que hay. Constantemente cambiando de plato, del grande al molinillo y del molinillo al grande sin pasar por el mediano para asi darle un merecido descanso.


A la dura geografia hay que unir la monotonia de paisaje, amarillo y seco, y la escasa presencia de pueblos donde tomar un descanso...

 


y preguntar la direccion a seguir, aunque a veces no concuerde con lo que creemos.


Cuando cae el sol toca buscar un lugar para dormir, unas veces bajo la proteccion de las mezquitas aunque la llamada a la oracion del muecin a las 5 de la mañana sea una autentica pesadilla.


Otras veces toca pedir refugio junto a la casa de algun buen hombre de la zona. La gente es tan amable y hospitalaria que a veces hasta nos ceden una pequeña habitacion donde dormir, peleandonos con los melones y sandias que abarrotan el suelo.


Otros dias toca junto a la carretera, en una gasolinera o en un camping medio abandonado a la orilla de este lago.


Al pasar Ankara el paisaje va cambiando poco a poco. Los interminables campos de cereal dan paso a una zona mas verde y montañosa...

 


grandes rios y en su ribera....


campos de frutales y hortalizas que los lugareños recogen incansablemente protegiendose del sol que todavia pega fuerte pese a la inminente entrada del otoño. No son pocos los saludos que recibimos y las llamadas para echarles una mano.





 


Esta zona esta un poco mas poblada que la que recorrimos en dias anteriores, los pueblos son mas grandes, ya no son pueblos fantasma y ya no es necesario cargar con la comida durante horas.



El cambio ha sido radical, arboles, arbustos, flores, fruta, pueblos, gente, buen asfalto, curvas...







Pero eso si, las cuestas no han desaparecido. Constantemente preguntamos: rampa? duss? y ellos contestan: rampa rampa!! Vamos, que no nos libramos de los malditos toboganes, aunque en estas ultimas etapas se han convertido en puertos, es decir, sin sube bajas pero con cuestas mas constantes, menos duro para la mente.
La hora de dormir sigue siendo igual, buscar un txoko llano, sin piedras, escondido y que no este ocupado por ovejas, cabras y cabrones que se encaran sin ningun miedo. Y si te pones chulo aparecen los perros para cantarte la serenata por la noche. 


Pasamos por un pueblo, tranquilamente, hasta que un monton de gente nos cerro el camino y nos rodeo. 

 

Paramos y preguntamos: es una boda? no, no es boda!! es el regalo musulman!! Que es eso? Se le hace a todos los chicos musulmanes cuando llegan a los 10 años, ahi abajo, jajaja!! rass!!
Por fin comprendimos, se trataba de la circuncision. Todo el pueblo estaba presente, celebrando el gran dia, un niño disparando al aire con una pistola de fogueo pero su padre con la de verdad, y nosotros alucinando viendo caer los casquillos al suelo. Todos felices y sonrientes menos el protagonista de la fiesta.

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